El primer ministro japonés Shinzo Abe visitó este miércoles el memorial de la Segunda Guerra Mundial, en el centro de Washington, justo antes de pronunciar un discurso muy esperado ante el Congreso en el que tiene previsto evocar el pasado militarista de su país.
En una visita muy simbólica, Abe depositó una corona de flores frente al monumento, erigido en honor a los cientos de miles de estadounidenses muertos durante el conflicto, en parte bajo las armas de las tropas japonesas.
A las puertas del 70° aniversario de la rendición de Japón, el 15 de agosto de 1945, cada vez más voces reclaman declaraciones oficiales fuertes, particularmente sobre las decenas de miles de mujeres que fueron ingresadas por la fuerza en burdeles del ejército japonés.
El martes, en una conferencia de prensa, Abe se declaró «profundamente apenado» por el destino de estas mujeres «que vivieron un sufrimiento inconmensurable», pero no ofreció excusas en ningún momento.
Según la mayoría de historiadores, hasta 200.000 mujeres trabajaron en burdeles del ejército japonés durante la guerra, la mayoría eran coreanas, aunque también se registró la presencia de indonesias, filipinas y taiwanesas.
Lee Yong-soo, una antigua esclava sexual coreana, fue invitada por un congresista republicano a asistir al discurso de Abe ante el Congreso de Estados Unidos reunido en pleno.
Washington, Estados Unidos | AFP