La policía española desmanteló una red de tráfico ilegal de ciudadanos chinos, que utilizaba Barcelona (noreste de España) como centro desde el que los inmigrantes clandestinos eran enviados a otros países como Canadá, una operación que se ha saldado con 80 detenidos.
«La organización gestionaba los traslados desde la provincia de Barcelona, valiéndose para ello de una red de agencias de viaje dirigidas también por ciudadanos chinos», informó este lunes la policía en un comunicado, precisando que entre los arrestados «se encuentran los máximos responsables de la organización».
Unos 70 inmigrantes fueron detenidos con falsos pasaportes cuando intentaban embarcar en aviones que debían llevarlos a su destino.
Los cabecillas de la red también «mantenían vínculos con otras organizaciones similares asentadas en Europa, entre otras una red que ya estaba siendo investigada por parte de la Policía de Fronteras de Marsella (Francia)», según la misma fuente.
La organización, muy jerarquizada y hermética, exigía el pago del viaje en cuanto la víctima llegaba a su destino, «sufriendo amenazas sobre su persona o incluso sobre sus familiares que se encontraban en China, si no satisfacían la deuda».
Madrid, España | AFP