Paul Bickle, un adolescente británico de 18 años, se encontraba jugando, como hacía habitualmente a diario, una partida en modo online con su PlayStation al Grand Theft Auto. Según explica su madre a los medios locales, el joven no paraba de gritar y maldecir sobre la nefasta misión que estaba haciendo.
Esa situación llevó a su madre a subir a su habitación y después de una fuerte discusión, apagó su videoconsola. Bickle no se tomó nada bien esa decisión y salió corriendo de casa insultando a su propia progenitora. Las horas pasaban y pasaban y el joven no aparecía. Donna Brown llamó a la Policía pero ya era muy tarde: su hijo se había suicidado. Los agentes se presentaron en su casa y le confesaron tan trágica noticia.
Comenzó a gritar. Y sólo subí y le dije: si no paras, apago la consola. Y eso hice. Salió corriendo de casa. Intenté pararle en las escaleras pero no me dejó, me tiró al suelo, explicó Donna Brown.
Según apunta su propia madre, el joven padecía desde hace años una depresión fuerte tratada con fluoxetina y además sufría un trastorno obsesivo compulsivo.
La autopsia determinó que el joven se quitó la vida al lanzarse desde un puente de una autopista cercana a su casa.
Agencias