Una estatua erigida en una ciudad turca de un príncipe otomano tomándose una foto con un celular ha sido recibida con críticas enérgicas y hasta violentas.
Días después de su instalación, vándalos quizás ofendidos rebanaron el teléfono y la espada del príncipe. La alcaldía de Asmaya, a una hora al sur de las costas del Mar Negro, ordenó a la policía custodiar la estatua.
La estatua, que se propone atraer turistas, tiene sus defensores. Algunas personas se han tomado sus propias selfies junto al príncipe.
«Por cierto es muy hermosa», opinó Dilek Tuna, un visitante de la provincia turca de Corum, según el periódico Hurriyet. «Es diferente».
El príncipe en cuestión refleja parte de la historia de Asmaya. En épocas otomanas, Asmaya era una ciudad próspera a la que los príncipes eran enviados como gobernadores como preparación para gobernar el imperio. Algunos llegaron a ser sultanes, como Mehmed el Conquistador, que conquistó Constantinopla hoy Estambul en 1453.
La municipalidad dijo que cuatro estatuas relacionadas con la ciudad fueron levantadas recientemente junto a un puente y avenidas. Una representa a un pescador y otra a una pareja de una leyenda turca ambientada en Amasya, cuyo amor era tan intenso que el hombre excavó una montaña para hallar a su amada y enterarse de que había muerto.
En una declaración, la municipalidad dijo que pidió a la fiscalía investigar el vandalismo y acusar a quienes apoyaron el ataque en las redes sociales en virtud de las leyes que penalizan «el elogio de un acto delictivo».
ESTAMBUL (AP)