El estado de Texas ejecutó con una inyección letal a Derrick Charles, un afroamericano de 32 años condenado por el asesinato de su novia, la madre y el abuelo de ella en 2002 en su casa de Houston, informó el Departamento de Justicia Criminal de Texas (TDCJ).
El TDCJ notificó que Charles fue declarado muerto a las 18:36 hora local tras ser ejecutado con inyección letal en la cárcel de Huntsville y que sus últimas palabras fueron: «Estoy listo para marcharme a casa».
En el momento en que cometió los asesinatos, Charles tenía 19 años y acabó con la vida de su novia, Myiesha Bennett, de 15; de la madre de esta, Brenda Bennett, de 44; y de su abuelo, Obie Bennett, de 77.
En esa época, Charles se encontraba en libertad condicional tras haber sido condenado a tres años de prisión por entrar a robar en una vivienda.
Con la ejecución de hoy Texas suma ya siete en lo que va de año, y tiene dos más programadas para los condenados Lester Bower el 3 de junio y Gregory Russeau el 18 del mismo mes.
Para estas dos ejecuciones, el estado de Texas tan solo cuenta con un suministro de pentobarbital, el sedante que se usa en las inyecciones, por lo que agotará su suministro con Lester Bower, de 67 años, quien mató a cuatro personas en 1983.
Lo que pase el 18 de junio con Gregory Russeau, afroamericano de 55 años condenado por un asesinato en 2001, es una incógnita ya que Texas no tiene en sus protocolos el uso del midazolam y es improbable que los modifique a las puertas de la decisión del Supremo sobre su legalidad.
Texas es el único estado de EU que tiene previsto aplicar la pena de muerte durante los próximos meses, una situación insólita que se explica por el desafío legal a las inyecciones letales que discute el Tribunal Supremo.
Agencias