Argentina es mundialmente reconocida tanto por su vino Malbec como por sus cortes de carne vacuna, aunque también cuenta con otros dos productos de exportación igualmente codiciados aunque menos conocidos: semen y embriones congelados de caballos de polo pura sangre.
Un lote de esperma de primera calidad puede oscilar entre 1.000 y 10.000 dólares, dependiendo del linaje del semental, y el precio de un embrión puede alcanzar los 20.000 dólares, según Cristian Sporleder, cuyo laboratorio de genética, GeNeTec, opera en el lujoso mercado de polo desde hace cinco años.
Por décadas Argentina ha dominado el deporte popular entre magnates y familias reales, atrayendo a los mejores jugadores del mundo, criadores y un público pudiente.
A su vez, ha desarrollado uno de los más avanzados centros de biotecnología de la región, cuyas probetas producen campeones.
El polo, introducido en Argentina en el Siglo XIX por la población británica, se asemeja al hockey sobre césped a caballo. En él, dos equipos de cuatro jinetes utilizan mazos, conocidos como ‘tacos’, para impulsar una pelota de madera hacia las porterías de los rivales.
Por hasta 20.000 dólares, GeNeTec cosecha los óvulos de caballos pura sangre, los fertiliza y luego implanta el embrión a madres sustitutas.
CARDALES, Argentina, (Reuters)