Además de presenciar la masacre de sus padres, cinco niños tuvieron que pasar la noche junto a los cuerpos ensangrentados e inertes.
«Mátenme a mí, pero déjenla a ella», serían las últimas palabras que pronunció José Alejandro Cruz García, antes que supuestos pandilleros lo ultimaran junto a su compañera de vida, Ana Agustina Argüello, frente a sus hijos la noche del domingo en la comunidad La Granja del municipio de Santa María en Usulután.
La pareja, de 38 y 29 años, respectivamente, dejó en orfandad a cinco niños de nueve, siete, cinco y tres años, además de un pequeño de 10 meses de edad, quienes según la Policía, habrían presenciado el crimen de sus padres, pero además, pasaron toda la noche junto a sus cuerpos.
Las autoridades aseguran que los infantes pasaron la noche viendo los cuerpos de sus padres, pues fue hasta la mañana de ayer que vecinos dieron aviso a las autoridades. «En la mañana (ayer) se alertaron las patrullas y se procedió a verificar», dijo un oficial policial de Usulután.
El crimen habría ocurrido a las 7:00 de la noche del domingo, cuando las víctimas regresaron a sus viviendas. La Policía sostiene que los victimarios ya esperaban en la vivienda a la pareja, a quienes atacaron con arma nueve milímetros.
AGENCIAS