Misioneros de los departamentos de Granada, Boaco y Rivas finalizaron una jornada evangelizadora que consistia en emigrar de su lugar de origen, hacia los hogares circunvecinos; fortaleciendo así el espíritu de esta iglesia peregrinante y dispuesta a seguir sirviéndole al señor, proclamando el mensaje de la buena nueva en cada hogar católico.
Las jornadas fueron intensas, pero el cumplimiento apostólico era prioridad para cada evangelizador, quien tenía claro que el Kerigma era lo mas significativo e importante de esta jornada.
Cada guia espiritual preparó a su equipo parroquial, para que guiados por el Espíritu Santo, pudieran desarrollar esta mision diocesana; encaminada a la búsqueda de la verdad, haciendo vida ese mensaje, transformando esta vida vana en una vida con más sentido, unidos a Dios y a sus mandatos.
Claudia María Chávez