Al menos ocho guerrilleros de las FARC murieron el sábado en el noroeste de Colombia en un bombardeo de las fuerzas armadas, el primero después de que los rebeldes decidieran suspender su cese al fuego unilateral ante la sostenida ofensiva gubernamental.
El ataque se registró en una zona selvática en el departamento de Antioquia, informaron las Fuerzas Militares, dos días después de que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) perdieron 26 combatientes en otro bombardeo, en uno de sus peores golpes sufridos desde que negocian la paz con el Gobierno hace dos años y medio.
Aunque la guerrilla rompió su cese unilateral del fuego, dijo que seguirá sentada a la mesa de negociaciones en La Habana con el Gobierno. Las conversaciones se llevan a cabo a pesar de que los dos bandos siguen combatiendo en las montañas y selvas colombianas.
«Acelerar la negociación para parar la guerra, eso es lo que le he venido pidiendo a las FARC hace ya muchos meses», dijo el presidente Juan Manuel Santos en un acto luego del último bombardeo.
«Llevamos un año, un año completo sin hacer un avance substancial. Necesitamos avances porque el pueblo colombiano tiene una paciencia finita, no infinita», agregó.
Pese a los altibajos y las tensiones, los diálogos han logrado más avances que todos los esfuerzos previos para superar cinco décadas de un conflicto que ha dejado más de 220.000 muertos y millones de desplazados.