Ecuador no sólo está atravesado por la línea que divide al mundo entre el norte y el sur, también por su fuerte raíz indígena.
Los mestizos, que son mayoría, y los aborígenes mantienen pocos espacios separados porque la cultura originaria sobrevive y se impone en la comida, en el arte y en el idioma.
Pero también los pueblos indígenas se han visto influenciados por lo mestizo y el glamour de los eventos de belleza no es una excepción.
Por ello, algunos jóvenes decidieron tomar la iniciativa y organizar un concurso similar a los internacionales pero con un enfoque especial: esta vez fue la belleza indígena la que estuvo en competencia.
Para poder ser candidatas a la corona las competidoras debían cumplir dos requisitos: pertenecer a un pueblo indígena y dominar una lengua aborigen. El desfile en vestidos de gala y en trajes de baño no fue parte de la competencia.
Después de más de tres horas de espectáculo, Jenny Guillin del pueblo puruhá fue la ganadora de la corona diseñada especialmente para el evento por la que pugnaron 11 candidatas llegadas de varias ciudades del país.
En la tiara destacaban los símbolos de la cultura indígena como la chacana, o cruz indígena, y el sol.
Según Inti Daquilema, uno de los organizadores, el concurso «Reina Indígena» ayudó a fortalecer y diseminar la identidad de los pueblos originarios del país.
Ecuador es un Estado plurinacional y pluricultural, lo que significa que numerosas comunidades indígenas con su propia lengua y costumbres tienen una fuerte presencia en los ámbitos cultural, político y económico.
QUITO, Ecuador (AP)