Las tormentas que han azotado durante los últimos tres días los estados de Texas y Oklahoma han dejado miles de viviendas destruídas y un balance provisional de 15 muertos, que se teme pueda aumentar según prosigue la búsqueda de una docena de desaparecidos.
La ciudad de Houston amaneció ayer inundada tras una noche de fuertes tormentas que dejaron dos muertos en la urbe, cerca de 60 mil personas sin energía eléctrica y unos 500 rescates, según informó su alcaldesa, Annise Parker.
Además, decenas de personas quedaron atrapadas y pasaron la noche en el Toyota Center.
En Houston se suspendieron ayer las clases de más de 215 mil estudiantes.
Por otro lado, la Oficina de Emergencias del condado de Hays, en el centro de Texas, uno de los más afectados por las tormentas, informó de la muerte de un hombre a causa de las inundaciones.
Precisamente en el condado de Hays, los equipos de rescate buscan a una docena de personas, la mayoría familias que pasaban las vacaciones en la localidad de Wimberley, que desaparecieron tras la crecida del río Blanco.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, declaró el lunes estado de emergencia en 24 condados por los tornados, que se suman a otros 13 que ya lo habían sido a principios de mes.
Ayer, el presidente estadunidense, Barack Obama, mostró su apoyo a Abbott y le ofreció recursos federales para paliar los daños del temporal.
Le prometí que puede contar con el gobierno. Ya tenemos personal en tierra y están coordinando con las autoridades en Texas para responder a sus peticiones, dijo.
Por su parte, en el vecino estado de Oklahoma, las autoridades reportaron la muerte de cuatro personas entre el fin de semana y el lunes.
Agencias