Dicen que las gemelas tienen una relación especial y el caso de Florence y Glenys, conocidas como las gemelas más viejas del mundo, no es diferente. Han muerto a los 103 años con solo unos días de diferencia porque Glenys no pudo superar la muerte de su hermana 27 días antes.
Siempre se mantuvieron unidas en Abertridwr, un pequeño pueblo galés en el que nacieron, vivieron y murieron. Llegaron a construir una puerta interior para unir sus cocinas y que fuera más tener contacto diario.
Ambas trabajaron como limpiadoras antes de convertirse en amas de casa, cuando vivían junto a sus maridos. Florence y Glenys que sufrían demencia desde hace unos años.
Florence murió el 23 de abril y Glenys el pa pasado miércoles, 20 de mayo. Las hermanas dejan un gran álbum fotográfico y un amplo árbol genealógico: entre las dos tenían cinco hijos, 12 nietos y 19 bisnietos y un tataranieto. «Vivieron una vida feliz, nunca salieron fuera, pero siempre eran felices si estaban juntas», aseguró al diario Daily Mail, Gwenda, la hija de Glenys. «Su conexión fue duradera y verdadera durante toda su vida».
Nacieron en el año 1911, un año después del hundimiento del Titanic, y han vivido dos guerras mundiales y otros hitos que marcaron la historia como los movimientos sociales y los avances tecnológicos.
Agencias