La Unión Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) buscarán en la cumbre de líderes amplificar el potencial de su relación y aproximar las posiciones que aún les separan sobre temas como la situación en Venezuela, el bloqueo estadounidense a Cuba o el cambio climático.
«Tenemos un potencial en nuestra asociación que es enorme. Representamos a más de mil millones de personas (…) La cuestión es ver cómo utilizar este enorme potencial políticamente para contribuir en los asuntos globales», destacó la jefa de la diplomacia de la UE, Federica Mogherini, en una rueda de prensa al término de una reunión preparatoria de ministros de Exteriores.
Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE y la Celac celebrarán la que ya es la octava cumbre entre las dos regiones el miércoles y el jueves en la capital belga para intentar fortalecer una relación de asociación que dura ya dieciséis años y que es «entre iguales y entre amigos», destacó Mogherini.
A la cumbre han confirmado su asistencia 42 de los 61 jefes de Estado o Gobierno de la UE y la Celac.
Del lado latinoamericano estarán ausentes el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro; la mandataria argentina, Cristina Fernández, y el líder de Cuba, Raúl Castro.
«Tenemos que trabajar más, porque es tanta la potencialidad de nuestra relación, es tan importante lo que puede suceder con un fortalecimiento de nuestra relación sobre la base de la solidaridad, el respeto mutuo, la cooperación, la complementaridad de nuestras regiones, que sería un desperdicio no hacerlo», dijo el ministro ecuatoriano de Exteriores, Comercio e Integración, Ricardo Patiño.
Patiño, cuyo país ocupa la presidencia pro témpore de la Celac, se mostró confiado en que los líderes den a los titulares de Exteriores el mandato para que se reúnan «al menos una vez al año», a fin de dar más continuidad a la relación entre las dos partes y teniendo en cuenta que las cumbres UE-Celac tienen lugar cada dos años.
El representante de la Celac destacó que ambas regiones «constituimos la mayor cantidad de países con regímenes democráticos y progresistas del mundo», lo que «nos da mucha autoridad moral para influir en la construcción de un planeta más equitativo, con un desarrollo sostenible que proteja a la naturaleza», apuntó.
Mogherini coincidió en que ambas regiones tienen mucho que decir en asuntos como el desarrollo sostenible, la lucha contra el tráfico de seres humanos, la no proliferación de armas nucleares o el combate a las drogas ilícitas.
Igualmente se refirió a la próxima conferencia de la ONU sobre el cambio climático que tendrá lugar en diciembre en París, y aunque afirmó que «las posiciones que cada uno tenemos cada vez son más comunes», aún «no estamos suficientemente preparados» y «aún hay mucho que hacer» hasta esa cita.