Dos guardas de seguridad fueron las víctimas perfectas de un delincuente que astutamente y haciéndose pasar por buen samaritano les ofreció un refresco para que se aguantaran el desvelo, sin embargo los «CPF» no sabían que el fresquito les saldría caro y que iba adulterado.
Una vez que quedaron como la bella durmiente, el astuto delincuente empezó a requisarlos para encontrar las pertenencias de mayor valor, sin embargo el premio mayor que buscaba era las armas de fuego. Lo que nunca imaginó el tamal es que le saldría el tiro por la culata ya que ninguno de los guardas tenían su arma de reglamento.
Al ser valorados por los bomberos y ver la mirada pérdida de ambas víctimas identificadas como Norman Cecilio Chow Mejía de 40 años y Ofilio, alias «El Chino» de unos 65 años, fueron llevados a distintos hospitales.
Este es un mensaje para los guardas de seguridad y es mejor dejar que la «tripa ruja», en el buen habla nicaragüense, antes de ser adormecido o incluso envenenado.
Lenin Franco
