En una rueda de prensa en París tras reunirse con familiares de los fallecidos en el vuelo, Robin ha afirmado que Lubitz era consciente de sus problemas de salud y estaba «obsesionado» con la posibilidad de perder la vista. En concreto, sufría «una grave depresión» y una «psicosis» además de los problemas de visión.
El fiscal de Marsella ha anunciado que «el próximo lunes» se repatriarán a España los restos mortales de 30 de los pasajeros del Airbus A320 siniestrado. «El lunes próximo, 30 víctimas españolas regresarán a su tierra natal», ha avanzado.
También ha señalado que los restos humanos que no sean identificables serán enterrados en una «sepultura colectiva» en la localidad de Vernet, en la región de Los Alpes-Alta Provenza, próxima al lugar del impacto del avión.
«Todo lo que sea anatómicamente identificable pasa por el proceso de identificación. La autoridad pública ha decidido una sepultura colectiva en Vernet para los fragmentos humanos que no sean identificables», ha afirmado. Robin ha asegurado que «de aquí a finales de mes» Germanwings podrá terminar la repatriación de todos los cuerpos de los fallecidos, ha informado el diario local ‘Le Progres’.
El fiscal de Marsella ha indicado que Lubitz buscó en Internet métodos de suicidio y que ocultó su enfermedad a su compañía. En concreto, buscó información sobre medicamentos como Diazepam, métodos para quitarse la vida e información sobre problemas de vista, según Reuters.
Además, Robin ha anunciado que Francia va a abrir una investigación penal sobre el accidente de Germanwings para esclarecer si hubo errores al no detectar la enfermedad mental que padecía el copiloto. El proceso correrá a cargo de tres jueces, que deberán aclarar si no se evaluó correctamente la situación mental del copiloto.