Los niños, un chico y sus hermanas pequeñas, fueron encontrados por un aldeano sufriendo convulsiones tras ingerir el veneno en su casa en Biji, en la provincia de Guizhu, Poco después, murieron y la policía cree que se trató de un suicidio.
La madre, víctima de violencia doméstica, se había marchado de casa en marzo del 2014, mientras que el padre abandonó el pueblo un año después para trabajar fuera.
Los niños habrían sufrido abusos, según sus familiares, y no era la primera vez que el mayor intentaba suicidarse.
Testigos destacaron la dura situación de los niños cuyos padres emigran para trabajar en las ciudades. Numerosos niños de la China rural se encuentran en situación de desamparo y no es la primera vez que sus casos llegan a los titulares.