Alex Rodríguez tratará de alcanzar la marca de 3.000 imparables en Miami, la ciudad donde creció, aunque quizá tenga que esperar a otra ocasión.
Los Yanquis de Nueva York inician una serie de dos partidos en Miami el lunes y los Marlins esperan que más de 30.000 aficionados acudan a ambos duelos, aunque se desconoce qué tanto jugará Rodríguez. Sólo ha alineado a la defensiva en seis partidos y para el duelo interligas no habrá bateador designado.
Rodríguez se fue de 4-0 el domingo en Baltimore y terminó con 2.995 imparables. Antes del encuentro, el manager de Yanquis, Joe Girardi, dijo que no estaba pensando en alinearlo en Miami.
«En este momento mi plan es que no juegue», dijo Girardi. «Pero todo siempre está sujeto a cambio».
Rodríguez creció en Miami y no ha jugado ahí desde 2009, antes de que se desatara el escándalo por consumo de sustancias prohibidas que provocó su suspensión por toda la campaña pasada.
El ganador de tres premios al Jugador Más Valioso dijo que sus entrenadores de ligas menores y preparatoria estarán en el estadio de los Marlins, junto con sus hijas y otros integrantes de su familia. También compró boletos para invitar al equipo de su preparatoria que ganó el campeonato estatal de béisbol y para una organización que promueve la educación extaescolar de niños y jóvenes.
«Obviamente, será algo especial para mí», dijo. «Estoy esperándolo».
Los Yanquis generan distintas reacciones cuando están de gira y eso ha sido especialmente evidente para Rodríguez desde que volvió a este año tras sufrir la mayor suspensión por dopaje en la historia de Grandes Ligas.
Dijo que la recepción que le dieron en Baltimore el fin de semana fue la más cálida que ha visto durante partidos de visitante en mucho tiempo.
«La forma en que me recibieron me ha impulsado», dijo. «Espero que continúe igual».
Entre quienes lo apoyarán está en Miami estará el lanzador derecho David Phelps, quien está programado como abridor para el partido del martes. Fue su compañero en Nueva York en 2013 y dice que tienen gran cercanía.
«Siempre fue fantástico para mí», dijo Phelps. «Él cometió errores, todos lo hacemos. No soy perfecto, ninguno de nosotros lo es, sólo que sus errores tuvieron más publicidad».
Tras el escándalo por el uso de drogas, los logros de Rodríguez han pasado relativamente desapercibidos. El sábado en Baltimore se unió a Hank Aaron como los dos únicos jugadores en Grandes Ligas que han remolcado más de 2.000 carreras.
Ahora busca ser el 29no jugador en alcanzar 3.000 imparables.
MIAMI (AP)