Al terminar la ceremonia religiosa, los novios salieron de la capilla de Palacio Real de Estocolmo al ritmo de `Joyful, joyful´, mientras sus invitados bailaban y aplaudían.
¿Qué mejor momento que una boda para hacer a un lado el rígido protocolo de palacio? Al terminar la ceremonia religiosa del enlace entre Carlos Felipe y Sofía de Suecia, comenzó uno de los momentos más divertidos y memorables que hayamos visto en una boda real.
Samuel Ljungblahd, un famoso cantante de gospel sueco, cantó `Joyful, joyful´ a los recién casados. La canción empezó con una melodía tranquila y poco a poco se convirtió en un tema upbeat al que se añadieron más cantantes. Samuel invitó al público a aplaudir, y los invitados no dudaron en hacerlo: ni siquiera Victoria de Suecia, futura reina, y Mette-Marit de Noruega, quien se movía al ritmo de la canción.
No fue el único detalle divertido ese día. El príncipe presentó a Sofía al pueblo sueco, y cuando finalmente le dio el esperado beso, subió el puño en señal de victoria, mientras los miles de suecos que se dieron cita para celebrarlos, aplaudía. Los reyes Carlos Gustavo y Silvia de Suecia, quienes regalaron a su nueva nuera una tiara de diamantes y esmeraldas, los miraban complacidos.
Una vez más, la Casa Real sueca muestra su apertura, naturalidad e intención de mantener una cercana relación con su gente.