«Tiburón» vuelve a hincarle el diente a la taquilla esta semana para conmemorar el 40 aniversario de su estreno en Estados Unidos el 20 de junio de 1975, una fecha clave para entender la estrategia actual veraniega de Hollywood y determinante para la carrera de Steven Spielberg.
La cinta sobre un gran tiburón blanco que amenaza a una apacible villa costera pervive en el imaginario colectivo tanto por sus escenas acuáticas como por la banda sonora de John Williams, que fue merecedora de uno de los tres Óscar que se llevó el filme en 1976.
«Tiburón», o «Jaws» como se tituló en su idioma original, reaparecerá con la mandíbula abierta en 500 salas de cine el próximo domingo en EEUU de la mano de Tuner Classic Movies y Universal Pictures, el mismo estudio que hace cuatro décadas estuvo cerca de matar al escualo antes de que asomara su aleta dorsal en la gran pantalla.
Lo cierto es que, en origen, nadie imaginó que «Tiburón» se fuera a convertir en el éxito que fue. La cinta era un proyecto oportunista basado en el «bestseller» del mismo nombre escrito por Peter Benchley, que en 1974 estaba causando furor en las librerías.
Urgía sacar la película cuanto antes para aprovechar el tirón literario, así que la prisa fue un factor desde el inicio.
Cuando Spielberg se puso al frente tomó la decisión de rodar en el océano, en la costa atlántica frente al pueblo Martha’s Vineyard, en Massachusetts, lo que supuso un desafío técnico que no imaginó, pues, hasta entonces, Hollywood había evitado el mar abierto por ser un entorno a merced de elementos incontrolables.
Agencias