Hay muchas prendas, en el cine de Hollywood, que en más de una ocasión han hecho que el espectador se olvide del argumento de la película que está viendo. Tal es el caso de cinco vestidos emblemáticos cuyos precios en sus respectivas pujas oscilaron los 4,6 millones de dólares y se hicieron famosos gracias a actrices como Marilyn Monroe y Audrey Hepburn.
El vestido blanco de Marilyn Monroe (1955)
Tentador y sugerente, este vestido con escote halter y falda plisada con mucho vuelo cautivó a más de uno en la mítica escena de La tentación vive arriba. Quién iba a pensar que tan sencillo outfit sería la referencia indiscutible de uno de los mayores íconos pop. Fue subastado por u$s4,6 millones en 2011 y es considerado el vestido más caro de la historia del cine.
El vestido ascot de Audrey Hepburn (1964)
Adornado a la perfección con un sombrero realmente formidable, fue el símbolo de la excelencia para una humilde florista, interpretada por Audrey Hepburn, que se presentaba por primera vez a la alta sociedad en la película My Fair Lady.
El pomposo vestido de encaje blanco con detalles y lazos en negro fue el sueño de muchas, especialmente de la actriz Julie Andrews, a quien le negaron el papel aunque había sido la protagonista en el musical de Broadway. Diseñado por el británico Cecil Beaton, se vendió por u$s3,7 millones de dólares en 2011.
El vestido rojo de Marilyn Monroe (1953)
El papel de la diva en Los caballeros las prefieren rubias asentó su imagen como rubia superficial al cantar «Los diamantes son el mejor amigo de las mujeres». Revelador, ajustado y lleno de paillettes, se vendió en una casa de subastas estadounidense por u$s1,2 millones.
El vestido largo negro de Audrey Hepburn (1961)
La actriz conquistó a medio mundo interpretando a la soñadora Holly Golightly desde la primera escena de Desayuno en Tiffany’s frente a la mítica joyería de la Quinta Avenida con un impresionante vestido largo negro. Para grabar las escenas donde los protagonistas conversan en el interior del comercio, Tiffany tuvo que abrir un domingo. Era la primera vez desde el siglo XIX que la firma cambiaba su horario.
Fue diseñado por Givenchy y, con los guantes y las perlas adecuadas, desayunar un croissant en la calle nunca fue tan elegante como en aquella escena. Esta obra de arte con la espalda descubierta parcialmente en la zona de los omóplatos se vendió por u$s900.000 en la tienda Christie.
El pichi de cuadros azul de Judy Garland (1939)
Por sorprendente que parezca, el cariz de este pichi va mucho más allá de la simple apariencia, pues forma parte de una película de culto. Acompañado de una blusa blanca, este vestido de algodón supuso un punto de inflexión en los uniformes de colegio.
El vestido se vendió por unos u$s480.000 en 2012. Los zapatos, definidos por su diseñador como «el Santo Grial de las reliquias de Hollywood», forman parte del museo de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood. Fueron un regalo del actor Leonardo DiCaprio, que pujó por ellos en una subasta.
Agencias