Cuando un adolescente de Colorado presentó fiebre alta y dolores musculares, su familia pensó que tenía influenza. Pero murió en cuestión de días y fue después que se reveló la extraña causa.
Taylor Gaes se infectó de peste, probablemente por pulgas que colocaron a la bacteria directamente en su flujo sanguíneo, lo que dificultó su detección a tiempo para evitar que se extendiera.
El joven de 16 años murió el 8 de junio, pero la causa no se hizo pública sino hasta el viernes, cuando funcionarios de salubridad, debido a la insistencia de los padres del joven, publicaron un aviso para asegurarse de que otros que visitaron la casa rural de la familia cerca de Fort Collins no se hubieran enfermado por las pulgas que lo pudieron haber infectado.
Unas 200 personas visitaron o asistieron a una reciente ceremonia de dispersión de cenizas para el popular basquetbolista y futbolista en la propiedad. El periodo de incubación en ellos expiró el lunes, dijo Katie O’Donnell, vocera del Departamento de Salud y Medio Ambiente del condado de Larimer.
Los casos de peste son raros y las muertes lo son incluso más. A nivel nacional, un promedio de siete casos de peste humana se reportan al año, con un promedio de mortalidad del 11 por ciento, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
La última vez que alguien murió de peste en Estados Unidos fue en 2013 en Nuevo México, un caso de la menos común peste septicémica, la misma que se cree que tuvo Gaes. La última muerte por peste en Colorado fue en 2004 y también fue un caso de peste septicémica, dijo Jennifer House, de salud pública veterinaria de Colorado.
Agencias