Dos jóvenes fueron ultimados en menos de 48 horas, al ser descubiertos que en sus cuerpos llevaban dibujados tatuajes de la M18, en Comayagüela, Honduras.
Las víctimas son Roberto Carlos Pavón Tróchez (33), originario y residente en la aldea Monte Redondo, carretera a la salida de Olancho.
El cuerpo de Pavón Tróchez fue localizado flotando en el Río del Hombre, a la altura del kilómetro 24 que de la capital conduce al departamento de Olancho.
Supuestamente el muchacho caminaba y fue interceptado por individuos quienes lo llevaron hasta la orilla del río donde le dieron muerte sobre unas piedras, donde se observaban manchas de sangre seca. Para quitarle la vida, los malvivientes utilizaron una botella de cerveza quebrada.
El supuesto pandillero presentaba cinco heridas cortopunzantes a la altura de su cuello. Posteriormente de ser ultimado, el cuerpo fue lanzado al río, donde fue encontrado flotando boca abajo, en una orilla.
El otro supuesto pandillero es Celio Iván Baca Corea (48), residente de la aldea La Enramada, municipio de Sabanagrande, Francisco Morazán.
Según familiares del fallecido, Baca Corea se encontraba durmiendo en su casa de habitación y ayer a las 3:00 de la madrugada llegaron hombres fuertemente armados.
A patadas y a la fuerza los encapuchados entraron a la vivienda y procedieron a raptar a Baca Corea, para llevárselo con rumbo hasta ese momento desconocido.
Tres horas después el malogrado fue encontrado muerto y a la orilla de la carretera, que de la capital conduce al sur del país, exactamente en el kilómetro 52.
La víctima estaba tirada boca abajo con las manos amarradas hacia atrás y no tenía ropa, porque solo vestía un calzoncillo rojo.
Baca Corea presentaba ocho disparos de arma de fuego, la mayoría a la altura de la cabeza. El cuerpo del joven estaba tatuado el número uno en un brazo y ocho en el otro, alusivos a la pandilla 18.
La Tribuna
