Al menos 37 personas murieron el viernes cuando un hombre armado camuflado como un turista abrió fuego en un hotel de playa en Túnez, en el popular centro turístico de Sousse.
Un comunicado del Ministerio de Salud tunecino indicó que entre los fallecidos había personas de nacionalidad británica, alemana y belga.
Turistas aterrados corrieron en busca de refugio durante el tiroteo y una explosión que se produjeron en el hotel Imperial Marhaba en Sousse, 140 kilómetros al sur de la capital de Túnez, antes de que la policía lograra abatir al atacante, dijeron testigos y funcionarios de seguridad.
El hecho tuvo lugar durante el mes sagrado musulmán de Ramadán, en un día en que un cuerpo decapitado con inscripciones árabes fue hallado en Francia, un atacante suicida mató a decenas de personas en una mezquita en Kuwait y 145 civiles murieron a manos de militantes de Estado Islámico en Siria.
Se trata del segundo ataque a gran escala en Túnez, que ha estado en alerta desde marzo, cuando islamistas armados atacaron el museo Bardo causando la muerte de 21 turistas extranjeros en uno de los episodios más violentos en una década en el país del norte africano.
El cuerpo del atacante armado con un rifle de asalto Kalashnikov yacía en el área.
Rafik Chelli, funcionario del Ministerio de Interior, dijo que el hombre armado abatido era un estudiante, desconocido por las autoridades.
El atacante sacó un arma que tenía escondida dentro de una sombrilla que llevaba y abrió fuego sobre la playa y la piscina, además de detonar un explosivo, dijeron testigos.
Túnez, que ha sido alabado como modelo de transición democrática desde la llamada «primavera árabe» de 2011, es uno de los países más laicos del mundo árabe. Sus playas y clubes nocturnos en el mar Mediterráneo son populares entre los visitantes europeos.
TÚNEZ (Reuters)