Levantar el fútbol en Nicaragua, un país con tradición beisbolera y restricciones financieras, es el reto que el costarricense Henry Duarte, director técnico de la selección nacional, encara convencido de que el país tiene potencial para estar entre los mejores de la Concacaf.
«Los muchachos han respondido muy bien y por eso Nicaragua ha dado pasos positivos» en el fútbol, afirma con entusiasmo Duarte, de 56 años, en una entrevista con AFP.
Dejar de lado el individualismo, aprender a jugar profesionalmente en equipo, la disciplina y cuatro horas diarias de entrenamiento han comenzado a sacar a flote a la humilde escuadra nicaragüense, que practica en la sureña ciudad de Diriamba, cuna del fútbol local.
Según Duarte, ese «cambio de actitud» en los jugadores fue clave para que el país clasificara en junio pasado por primera vez en su historia a la tercera ronda de las eliminatorias de la Concacaf para el Mundial de Rusia-2018.
Nicaragua «tiene potencial y lo está demostrando ahora con su selección que en seis meses de trabajo ha dado pasos» que en otros países se darían en cinco o diez años, dice.
Este hombre delgado, de contextura fuerte a quien los nicaragüenses llaman con cariño «el profesor» por su reconocida preparación deportiva, tiene contrato con la selección nacional por los próximos cuatro años, en reemplazo del español Enrique Llena.
También tiene a su cargo el equipo olímpico mayor y la supervisión de todas las selecciones de fútbol.
En dos meses, Nicaragua entrará a la tercera fase de la Concacaf con el afán de clasificar a los cuadrangulares, para lo cual Duarte perfila mejorar la resistencia de sus jugadores que se caracterizan por su velocidad.
«Sería histórico estar entre los mejores 12 de la Concacaf, creo que Nicaragua tiene posibilidades», valora.
Otro de sus proyectos es aumentar la pasión por el fútbol en los nicaragüenses, que prefieren y juegan al béisbol desde finales del siglo XIX por influencia de Estados Unidos, donde han fichado numerosos peloteros locales.
«La cultura en Nicaragua es el béisbol (..) en la prensa le dan 80% de cobertura al béisbol y un 20% a los demás deportes», entre ellos el fútbol, observó.
A la sombra del béisbol han surgido en los últimos años prometedores futbolistas, como el atacante Juan Barrera, el primer nicaragüense que ficha en Europa con el club Cashpoint SC Rheindorf de Austria.
Nicaragua juega al fútbol de manera organizada desde 1933, pero la mayoría de las ciudades carece de buenas canchas.
El primer estadio nacional de fútbol comenzó a construirse hace unos años en Managua y quedó a medio camino por falta de presupuesto, mientras que la mayoría de equipos de primera y segunda división entrenan en estadios pequeños o en campos cerrados de su municipalidad.
«Lo que más me llama la atención es que la empresa privada no está patrocinando el fútbol» que sobrevive por el apoyo de la FIFA y la Federación Nicaragüense de Fútbol (Fenifut), lamenta Duarte.
Los jugadores tampoco «tienen un salario adecuado», pero como profesionales saben que deben «darlo todo» para forjar un estatus como deportistas, reconoce.
Según fuentes deportivas, la mayoría de los futbolistas ganan un promedio de 250 dólares al mes y los de primera línea, que son pocos, devengan entre 800 y 1.000 dólares.
Para Duarte, quien fue profesor de fútbol en la Universidad de Costa Rica, sacó una especialidad deportiva en Alemania y fue técnico de varios equipos de su país y el exterior, Nicaragua es la oportunidad de dirigir por primera vez una selección mayor.
«Mi vida ha sido el fútbol (..) es lo único que sé hacer», dice el profesor con una gran sonrisa.
Managua, Nicaragua | AFP