Esta joven se dispuso a grabar su sesión de yoga para ponerla en las redes y justo cuando había alcanzado una de las posiciones más difíciles, un gato entró en escena.
El animal se puso justo en mitad entre la cámara y la joven, con lo que tapaba por completo la escena de yoga y hasta pareciera que lo hiciera adrede para fastidiar.
Como se ve en las imágenes, el gato ni corto ni perezoso se aposenta en medio y parece que tuviera ganas de echarse una siesta.
La joven, finalmente, harta de ver que el gato arrogante no se mueve decide parar la sesión, volver a su posición normal, levantarse y parar de grabar.
Hay mascotas bien pesadas, como los gatos, principalmente.