La heterocuriosidad es tendencia. Mujeres que se definen como heterosexuales pero que se excitan con determinadas chicas. Algunos dicen que es una moda, pero igual es una forma bastante reduccionista de tratar el asunto. Los ‘girl crushes’ (flechazos femeninos) han existido siempre, solo que ahora se habla de ello
Hace unos días, El País publicaba un reportaje sobre las ‘heterocuriosas’: chicas capaces de enamorarse de otras mujeres sin llegar a mantener relaciones sexuales con ellas. Desde pequeñas, las chicas van fraguando su identidad sexual. Siempre había una chica en el colegio que destacaba por encima de las demás y que su forma de andar, hablar o vestir se repetía como síntoma de admiración.
La idealizada y la que todas querían ser como ella. ¿Hasta qué punto esa situación tan cotidiana de la vida de una chica puede provocar que ‘cambie de acera’? ¿Se puede pasar de adorar a alguien a estar enamorado de esa persona sin necesidad de tener sexo con ella? Y de ser así, ¿qué idea de futuro tiene alguien heterosexual enamorada de una mujer lesbiana?
La bisexualidad es mucho más complicada que la heterosexualidad o la homosexualidad. Tachados de viciosos, insaciables o inconformistas, a menudo los bisexuales se han visto obligados a esconderse bajo nombres como ‘heterocuriosos’ por miedo a una sociedad injusta con la capacidad de amar de cada uno.
Agencias