El Papa Francisco pidió el sábado a políticos y empresarios de Paraguay que trabajen por un nuevo modelo económico que ayude a los pobres, instándolos a evitar «sacrificar vidas humanas en el altar del dinero y la rentabilidad».
En un discurso tajante frente a unos 4.000 líderes de la sociedad civil que se reunieron en un estadio cerrado de Asunción, el Sumo Pontífice argentino abogó además por una justicia clara y un combate frontal a la corrupción a la que describió como «la gangrena del pueblo».
Es la segunda vez durante su viaje a Sudamérica en la que Francisco, el primer Papa de la región, utilizó un discurso para atacar el capitalismo salvaje y defender los derechos de los pobres.
«Traer el pan a casa, ofrecer a los hijos un techo, salud y educación, son aspectos esenciales de la dignidad humana y los empresarios, los políticos, los economistas, deben dejarse interpelar por ellos», dijo a un auditorio que incluía al presidente paraguayo Horacio Cartes y otros políticos.
«Les pido que no cedan a un modelo económico idolátrico que necesita sacrificar vidas humanas en el altar del dinero y la rentabilidad», agregó.
Muchos esperaban que el mensaje del Papa sobre los pobres ayudara a mejorar la situación de un país que tiene a poco más de un quinto de su población viviendo en la pobreza y una mejor distribución de los recursos como deuda pendiente.
«Espero que Francisco nos traiga bendiciones, especialmente para el Gobierno, para que se termine la corrupción que la sufre la gente más humilde, los pobres», dijo Elisa Vázquez, una funcionaria de la gobernación de Alto Paraná que recorrió casi 400 kilómetros a lo largo del país para ver al Papa.
«El presidente dice que va a terminar la pobreza. Claro que sí, se va a terminar la pobreza porque si seguimos así la gente humilde se va a morir toda», agregó ofuscada la mujer.
El Papa abogó además por un diálogo que respete las identidades, algo que fue bienvenido por la comunidad gay, que tuvo también a un representante del encuentro.
En su segundo día en Paraguay, última etapa de una gira que lo llevó antes a Ecuador y Bolivia, Francisco celebró una misa multitudinaria en el santuario de Caacupé, visitó un hogar de enfermos terminales y una residencia de jesuitas.
Unos 800.000 fervientes fieles se congregaron en Caacupé, considerada capital espiritual del país, en donde el Papa honró a la virgen patrona del país.
La misa se retrasó un poco después de que el Papa estuviera «abrumado por la emoción», dijo un obispo.
El Sumo Pontífice recorrió el templo decorado con banderas y tejidos típicos del país y puso una rosa blanca a los pies de la figura de la virgen, que se dice fue tallada por un indígena guaraní convertido al cristianismo en el siglo XVI.
Agencias