Mark Horsley, un policía canadiense, se hizo pasar por discapacitado y salió a las calles de Vancouver para saber cómo los ciudadanos tratan a los minusválidos.
El agente llevó a cabo su experimento en Downtown Eastside, un barrio conocido por su gran población de personas sin hogar, drogas, delincuencia y prostitución. Como pudo comprobar de primera mano, la mayoría de las personas que encontró en su camino lo trató con respeto y dignidad, muchos compartieron con él historias de otros discapacitados, mientras que algunos lo cuidaban, daban consejos y nadie lo engañó cuando pedía que le cambiaran dinero, aunque decía que no podía contar. Al terminar su experimento, el policía llega a la conclusión de que la comunidad «tiene alma».
Agencias