La sonda Philae ha quedado en silencio sobre un cometa, dijeron el lunes científicos europeos, generando temores de que se haya movido otra vez en su destino a millones de kilómetros de distancia de la Tierra.
El laboratorio robótico, que aterrizó en el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko en noviembre, se contactó por última vez el 9 de julio y los esfuerzos para comunicarse con la sonda han fracasado hasta ahora, dijeron expertos que trabajan en el proyecto de la Agencia Espacial Europea (ESA).
La sonda -la primera misión que aterriza en un cometa- originalmente rebotó y aterrizó en una posición con mucha sombra por lo que no pudo alimentar sus paneles solares e ingresó en un período de hibernación.
Volvió a operar en junio a medida que el cometa se acercaba al Sol. Pero la última información sugiere que algo, posiblemente una emisión de gas, la habría movido de nuevo, dijeron los científicos.
La antena de Philae podría haber resultado obstruida y uno de sus transmisores parecería haber dejado de funcionar, dijo el equipo.
No hubo respuesta a una orden enviada para activar el instrumento ROMAP de Philae para determinar el ambiente de plasma del cometa y su campo magnético.
Las comunicaciones entre Philae y su nave madre también han sido complicadas debido a que las crecientes cantidades de polvo arrojado por el cometa a medida que se acerca al sol dificultan que Rosetta permanezca cerca del cometa, añadió el equipo.
Los científicos ahora enviaron una orden diciéndole a Philae que use solo uno de los transmisores y empezaron a mover a Rosetta a una distancia más segura del cometa, a unos 170-190 kilómetros.
Hasta el 24 de julio Rosetta orbitará un trayecto que le permitirá contactar a la sonda y luego volará por sobre el hemisferio sur del cometa para observarlo con sus 11 instrumentos.
«Philae obviamente todavía funciona, porque nos envía información, incluso si lo hace a intervalos irregulares y en momentos sorpresivos», dijo Stephan Ulamec, director de proyecto de Philae en el Centro Aeroespacial Alemán DLR.
BERLÍN (Reuters)