No hubo cobertura en directo por parte de la televisión y apenas unos 200 espectadores atestiguaron el momento en que la zurda Sarah Hudek, de Estados Unidos, hizo un lanzamiento por el centro del plato para dar inicio al encuentro, ante la bateadora venezolana Astrid Rodríguez.
Así fue el debut el lunes del béisbol femenino en el programa de los Juegos Panamericanos. El hecho marca la primera ocasión en que este deporte se juega en esta rama durante un gran evento multideportivo.
«Estar aquí es asombroso de verdad», comentó la pelotera estadounidense Malaika Underwood. «No importa que no nos hayan visto por la TV. El hecho de que estemos aquí es lo importante. Cuando veamos esto en retrospectiva apreciaremos su magnitud».
Estados Unidos se impuso 10-6 a Venezuela en siete innings, el límite regular establecido para los juegos de mujeres.
Sobra decirlo, pero ninguna de las jugadoras vistió falda, como sí ocurrió en «A League of their own», la película de 1992 que muestra la historia de un equipo profesional de béisbol de mujeres en Estados Unidos en la década de 1940. El filme es estelarizado por Tom Hanks, Geena Davis y Madonna.
«Estoy contenta por el hecho de que no usemos faldas», dijo Underwood, pelotera de cuadro de 34 años y una de las veteranas. «No estoy segura de que me sentiría cómoda jugando con falda. Sería muy difícil deslizarse».
Las edades de las jugadoras de Estados Unidos van de los 16 a los 41 años.
En el béisbol femenino, el campo y las distancias son idénticas que en la rama de hombres. La única diferencia es que los partidos duran siete innings y no nueve.
Pasó más de una hora antes de que se resolvieran las primeras tres entradas. En este sentido, también el béisbol de mujeres se parece al que practican los hombres.
Hudek contó que su padre, el ex relevista de las mayores John Hudek, difícilmente le hubiera conectado un lanzamiento.
«No era el mejor bateador», señaló.
En la segunda entrada, Venezuela estuvo cerca de concretar una triple matanza.
Estados Unidos tenía corredoras en primera y segunda, y Anna Kimbrell bateó un roletazo bravo por la antesala. Daily Giménez tocó tercera para hacer el out forzado y tiró a segunda para el doble play. Pero Kimbrell llegó a primera antes que la pelota.
En la selección estadounidense hay una bombera, una enfermera y dos estudiantes de secundaria. La mayoría de estas peloteras creció jugando al béisbol.
Algunas intentaron también con el sóftbol, pero Underwood calcula que dos tercios de las jugadoras sólo han practicado béisbol, ya sea con mujeres o con hombres.
Estados Unidos no tiene una liga profesional de mujeres, como sí ocurre en algunos países, incluido Japón.
El béisbol de mujeres ha figurado en las noticias durante las últimas semanas. La francesa Melissa Mayeux, torpedera de 16 años, se convirtió recientemente en la primera mujer en la lista de registros internacionales de las Grandes Ligas. Estaría así en condiciones de que la seleccionaran equipos profesionales.
Tanto el béisbol de hombres como el sóftbol de mujeres fueron retirados de los Juegos Olímpicos después de Beijing 2008. Ambos podrían volver para el 2020 en Tokio.
Pero parece improbable que el programa olímpico incluya el béisbol femenino.
«No creo que nadie en este equipo aspire a llegar a las Grandes Ligas», reconoció Underwood, quien trabaja en el ámbito deportivo, pero en la mercadotecnia. «De verdad, sólo queremos jugar al nivel máximo de las mujeres. No buscamos jugar con hombres, pero así son las oportunidades que existen. Sólo buscamos el mismo trato y la inclusión en eventos como este».
En el otro encuentro de la jornada, Canadá apabulló 13-1 a Cuba.
TORONTO (AP)