Los ganaderos franceses consiguieron este viernes una subida de los precios de la leche que les permitirá cubrir sus gastos, mientras que las protestas del sector perdían intensidad.
El ministro francés de Agricultura, Stéphane Le Foll, reunió este viernes a los productores de leche y a sus socios (industriales y distribuidores) para cerrar un acuerdo que estipula que la leche no podrá venderse por menos de 340 euros los 1.000 litros, lo que supone un aumento de cuatro céntimos por litro respecto a los precios actuales.
«El impacto será de unos céntimos para el consumidor», precisó el ministro.
«Todos entendieron que, tras meses de deflación de los precios alimentarios, es hora de recuperar un poco lo perdido», celebró Xavier Beulin, presidente del principal sindicato agrícola FNSEA.
«Esta subida nos permitirá cubrir nuestros gastos», indicó, por su parte, el presidente de la federación de productores (FNPL), Thierry Roquefeuil.
«No hemos solucionado todos nuestros problemas hoy», recordó, reclamando medidas a nivel europeo.
La caída de los precios de la leche y de la carne ha provocado un movimiento de protesta de los ganaderos franceses, que han bloqueado muchas carreteras en su país, sobre todo en las regiones de Normandía (noroeste), Auvernia (centro) y Ródano-Alpes (centro-este).
La mayor parte de esas carreteras fueron desbloqueadas en la noche del jueves, aunque algunos manifestantes impidieron el viernes el acceso a varias centrales lecheras en el oeste de Francia.
París, Francia | AFP