Tiene 18 años. Es australiana. Es pelirroja. Tez blanca. Sonrisa tímida. Y tiene una copia extra del cromosoma 21. Pero esto último no le ha impedido cumplir su sueño: ser modelo. Y, de paso, está rompiendo el concepto de moda establecido. Se llama Madeline y su madre nos cuenta su historia.
Madeline Stuart quería ser modelo.
Ya de pequeña sentía fascinación por las cámaras, los focos. Le gustaba ser el centro de atención. Pero su entorno era proteccionista. El miedo al qué dirán. Aun así, ella no desistió. La moda era su mundo y así se lo hizo entender a su madre. «Fue emocionante, lo primero que pensé es que iba a ser un trabajo duro, pero si ‘Maddy’ quería hacerlo, iba a ayudarla en todo. Sabía que con el carácter tan firme que tiene estaría a la altura del desafío», explica a Gonzoo la madre (y manager) de Madeline, Rosanne Stuart. Primer paso conseguido.
Ese carácter que destaca Rosanne provocó que la joven de Brisbane(Australia) comenzara una estricta dieta, acompañada de mucho deporte(desde natación hasta cricket). Esto hizo que, en pocos meses, perdiera más de 20 kilos, rompiendo así con el ‘sobrepeso’ asociado a las personas con síndrome de Down. Segundo paso conseguido.
Los primeros posados de Madeline no fueron enviados a ninguna agencia, se subieron a Twitter, Facebook e Instagram. Madre e hija optaron por la fuerza de Internet y las redes sociales para su propósito.
Medios de comunicación de todo el mundo han escrito sobre ella. Sus imágenes se han viralizado por la red. Cuenta con más de 400.000 ‘me gusta’ en su página de Facebook y más de 48.000 seguidores en Instagram. Varias firmas de moda se han interesado en ella para sus campañas. La última,EverMaya, una empresa cuya especialidad son los bolsos hechos a mano. Tercer paso conseguido.
Madeline Stuart es modelo
Y su madre confiesa que ha aprendido una importante lección de ‘Maddy’: «a ser fuerte e intentar ser paciente. La vida pasa cuando no te das por vencido.
Agencias
