«Calin» es reconocido en el bajo mundo de la delincuencia por la rápida acción que ejerce cuando comete sus fechorías.
En un abrir y cerrar de ojos cortó la cadena que aseguraba una bicicleta para llevársela en el barrio Guadalupe, del templo dos cuadras al norte, donde un guardia de seguridad lo alcanzo y atrapó.
El vigilante vio al avispado sujeto y con una llave defensiva en el cuello redujo al antisocial, pero al instante fue metido en miedo por un triciclista que lo atemorizaba para que lo dejara ir. El guarda agobiado no tubo de otra que liberar al tipo.
Sin embargo, Calin no corrió mucho. Patrulleros en motocicleta lo siguieron y los vecinos apoyaron la persecución indicándoles la ruta que llevaba; minutos después lo atraparon y mostraron la mochila con la cizaya o cortadora, herramienta que ocupa para cortar todo hierro que le impida apropiarse de lo ajeno.
El detenido declaró al suboficial Enrique Martínez, que en el barrio Carlos Fonseca lo conocen por su nombre, Carlos Alfredo, lo que trataban de verificar, confirmando que Calin tiene antecedentes de llevarse toda bicicleta que se encuentre mal parqueada o enllavada.
No me la robe, me la quería llevar, ahí ando la mochila y la cizaya y por ¡allá me dedicó a robar! En la casa hay un taller de vulcanización pero ahorita está mi cuñada ahí. Ya he estado detenido, por pleitos y robos, declaró el detenido.
Los vecinos del barrio Guadalupe manifestaron que se debe detener a los antisociales y condenarlos porque resultan peligrosos cuando no logran sus objetivos y terminan agrediendo o matando a sus víctimas.
Belkiss Medina