Donald Trump fue el centro de atención el jueves en el primer debate de los aspirantes a la candidatura presidencial del Partido Republicano estadounidense, recibiendo abucheos cuando se negó a descartar una candidatura independiente a la Casa Blanca y al resentirse por preguntas sobre su actitud hacia las mujeres.
Con 10 republicanos compitiendo por tiempo al aire en el debate de dos horas, los aspirantes a ratos se atacaron mutuamente en lugar de dirigir sus críticas hacia la principal candidata demócrata, Hillary Clinton, o el presidente Barack Obama.
Pero el senador Rand Paul de Kentucky fue el único contendiente que apuntó directamente a Trump, cuestionándolo después de que levantó la mano cuando los moderadores preguntaron si alguno de los aspirantes no se comprometería a apoyar al nominado republicano en la elección de noviembre de 2016.
«No haré esa promesa en este momento», dijo Trump, que por semanas ha dicho que no descarta una campaña independiente que podría dividir la votación republicana y aumentar las posibilidades de victoria de Clinton u otro demócrata.
La respuesta de Trump sacó abucheos de la multitud y una reprimenda de Paul, quien dijo que Trump está manteniendo sus opciones abiertas para apoyar a Clinton, una referencia velada a su amistad pasada tanto con Hillary y su esposo, Bill.
«Él ya está cubriendo sus apuestas, porque está acostumbrado a comprar políticos de todos los colores», sostuvo Paul.
Presionado por la moderadora Megyn Kelly de la cadena Fox News sobre los comentarios despectivos que había hecho acerca de las mujeres, Trump desestimó la pregunta como «corrección política».
Trump acusó a Kelly de no tratarlo bien, recibiendo más abucheos de la audiencia.
«Honestamente Megyn, si no le gusta, lo siento. He sido muy amable con usted aunque probablemente podría no haberlo sido basado en la forma en que me ha tratado», dijo Trump, cuya base de apoyo es mayoritariamente masculina, recibiendo una mezcla de abucheos y aplausos.
El tono combativo sentó bien a Trump, un millonario extravagante que ha sido el centro de atención de la campaña durante semanas por sus ataques personales contra sus rivales y sus comentarios mordaces sobre los inmigrantes mexicanos y el historial de guerra del senador John McCain.
Trump mantuvo su postura en el debate, describiendo al Gobierno mexicano «mucho más inteligente, mucho más agudo, mucho más astuto y envían a los malos acá».
La naturaleza a ratos combativa del debate hizo difícil que los candidatos más medidos, como el ex gobernador de Florida Jeb Bush, que ocupa el segundo lugar en las encuestas, y el gobernador de Wisconsin, Scott Walker, tuvieran un impacto.
Bush, Walker y los otros principales contendientes trataron en de no reñir con Trump, centrándose en sus historiales y describiendo las políticas conservadoras que aplicarían de ser elegidos.
Bush calificó a la retórica de Trump como «divisiva» y dijo «vamos a ganar cuando unamos a las personas con un mensaje optimista».
CLEVELAND, EEUU (Reuters)