Bill Clark ha sido chofer de autobús por 17 años y en su larga carrera no le había tocado algo tan extraño. Mientras manejaba por una avenida transitada de su ciudad vio a través del espejo retrovisor un manchón blanco en movimiento en un cruce.
Cuando se dio cuenta de que era un pequeño niño que deambulaba solo en medio de la calle no dudó en frenar, parar el automotor y bajar corriendo a recogerlo. Luego, lo llevó a la estación de servicio para contactar a la policía.