Jerome Bettis, en medio de un mar de «Toallas Terribles» asociadas al equipo de los Steelers de Pittsburgh, fue exaltado el sábado el Salón de la Fama de la NFL con una fuerte impronta del oeste de Pennsylvania.
El running back de Steelers encabezó a los ocho astros que ingresaron en el Salón de la Fama de la NFL. El «Autobus» Bettis, el sexto en la tabla histórica de acarreos de la NFL, recibió una abrumadora ovación durante su presentación antes de la ceremonia oficial de consagración.
La multitud que atestó el estadio Tom Benson la mayoría vestida con ropa de colores negro y dorado de los Steelers aclamó a Bettis cuando cruzó la alfombra roja rumbo al destino final de un jugador que encarnó la clase obrera de la ciudad y al equipo al que llevó a conquistar en 2006 su quinto título del Super Bowl.
El exgerente general de Green Bay, Ron Wolf, quien contrató al entrenador Mike Holmgren y adquirió al quarterback a Brett Favre poco después de que asumiera el cargo en 1991, elogió al núcleo de jugadores que restauró el prestigio de los Packers tras dos décadas de mediocridad.
«Había siempre la amenaza contra los jugadores de otros equipos de que si no estaban en forma serían transferidos a Green Bay», declaró Wolf. «Trabajamos duro para eliminar ese estigma».
Green Bay ganó su primer Super Bowl en casi 30 años en 1997, cuando el equipo con el quarterback Favre se impuso a Nueva Inglaterra. Wolf trabajó 23 años con los Raiders, describió al propietario Al Davis como un «maestro notable» que le dio la oportunidad de crecer desde buscador de prospectos a uno de los ejecutivos de equipos más respetados de su generación.
Charles Haley, el único jugador en la historia de la NFL con cinco anillos de Super Bowl, pronunció un discurso provocador espontáneo de buen humor que atañó a muchos, desde el ex dueño de San Francisco, Eddie DeBartolo Jr., hasta el propietario de los Cowboys, Jerry Jones.
DeBartollo describió la decisión de transferir a Haley a Dallas en 1992 como su error más grande cuando estuvo al frente del equipo.
Haley no lo contradijo pero también rindió un emotivo homenaje a quienes contribuyeron a configurar su singular carrera. Eso incluyó un elogio a Jones, quien organizó una campaña para donación de médula ósea cuando diagnosticaron leucemia a la hija de Haley.
Wolf; el centro Mick Tingelhoff, de Minnesota; Will Shield, guard de Kansas City; Junior Seau, linebacker, y el wide receiver Tim Brown también se sumaron a Bettis y compañía en lo que en ocasiones parecía una versión diluida de un partido en casa de los Steelers.
Los jugadores de los Steelers consagrados en el Salón de la Fama fueron saludados con toallas amarillas que eran agitadas intensamente. Todos ellos rindieron un homenaje al octogenario presidente de la franquicia, Dan Rooney,
El escenario era el ideal para Bettis, una figura idolatrada famosa por sus velocidad y sonrisa sencilla, y acumuló 13.662 yardas en acarreos.