Los informes de que hay altos niveles de virus y bacterias en las aguas de Río de Janeiro aumentan la inquietud entre los deportistas que competirán en ellas y el desasosiego de dos nadadores que han tenido muchos problemas desde que participaron allí en los Juegos Panamericanos del 2007.
Kalyn Robinson y Chip Peterson se preguntan si los problemas de salud que padecen desde hace años podrían estar relacionados con las pruebas en aguas abiertas de los Juegos Panamericanos de Río del 2007.
La preocupación sobre la calidad de las aguas aumentó cuando 13 estadounidenses sufrieron problemas gastrointestinales al participar la semana pasada en el mundial junior de remo en Río. Una doctora del equipo dijo que sospechaba que los malestares estaban relacionados con las aguas del lago en que compitieron, las mismas en las que se disputarán las pruebas olímpicas de remo.
Las autoridades médicas destacan que miles de deportistas han competido en las aguas de Río sin enfermarse. Y los médicos de Robinson y Peterson no pueden afirmar que el haber nadado en las aguas de la playa de Copacabana puede haber incidido siquiera en las diarreas, calambres inexplicables y fuertes dolores estomacales que comenzaron a sentir dos semanas después de competir en Río.
Pero la inquietud está allí.
«Encuentro muy sospechoso el hecho de que tanto Kalyn como yo fuimos diagnosticados con una enfermedad muy similar», dijo Peterson.
A Robinson, quien antes se llamaba Kalyn Keller, se le diagnosticó finalmente el mal del Crohn y se tuvo que retirar, mientras que Peterson padece de colitis, un problema parecido derivado de la inflamación del colon, el cual le fue extirpado en el 2013.
Un análisis de las aguas donde se realizarán varias competencias en Río 2016 –las mismas empleadas en los Panamericanos del 2007– hecho por la Associated Press reveló la presencia altos niveles de virus y bacterias que pueden ser dañinos para la salud.
El doctor Scott Snapper, profesor de la Facultad de Medicina de Harvard que dirige las investigaciones sobre problemas de colon de dos hospitales de Boston y presidente del comité científico nacional de la Fundación del Mal de Crohn y la Colitis, se mostró intrigado por los casos de Robinson y Peterson, y dijo que podrían ayudar a comprender las causas del mal de Crohn.
Snapper destacó que nadie puede decir si las aguas de Río fueron la causa directa de los problemas de Peterson y Robinson, pero que pueden haber contribuido a despertar las enfermedades en dos personas proclives genéticamente a sufrir esos males.
«De no haberlos contraído entonces, tal vez los contraían en seis meses», declaró a la AP. «Tal vez aparecían luego de una intoxicación o de estar en contacto con niños enfermos».
De todos modos, uno de los técnicos de natación más renombrados de Estados Unidos expresa preocupación sobre la perspectiva de tener que competir en aguas contaminadas en Río.
Bob Bowman, quien trabaja con el fenomenal Michael Phelps y alguna vez lo hizo con Robinson, dijo que habría que trasladar las pruebas a sitios más seguros.
«Me alarma mucho la idea de que la gente vaya a nadar en esas aguas», expresó Bowman. «No puedes comprometer la salud del atleta, mirando hacia otro lado simplemente porque la sede es bonita».
En las competencias que concluyeron el fin de semana participaron más de 500 remeros y las autoridades dijeron que la cantidad de deportistas con problemas de salud fue la que se puede esperar en un evento de este tipo.
La técnica del equipo femenino estadounidense Susan Francia, bicampeona olímpica, declaró a la AP que 13 atletas y cuatro miembros del personal de apoyo, ella incluida, habían sufrido problemas gastrointestinales después de las competencias en el lago Rodrigo de Freitas.
La doctora del equipo estadounidense Kathryn Ackerman dijo que numerosos remeros de otros países se alojaron en el mismo hotel que los estadounidenses y no experimentaron síntomas. Tampoco descartó el que los estadounidenses puedan haber contraído sus enfermedades bebiendo agua o a partir de algo que comieron.
AP