Al menos 44 personas han muerto y 520 se encuentran hospitalizadas, 66 de ellas en estado grave, a causa de la explosión que se ha producido este miércoles en una zona industrial de la ciudad de Tianjin, en el noreste de China, según la última actualización de datos recogida por la agencia de noticias estatal, Xinhua.
Entre los fallecidos habría doce bomberos, de los 36 que se encontraban desaparecidos –según informaron las autoridades locales a primera hora de este jueves–. Los edificios cercanos han sufrido daños materiales y se han quedado sin suministro eléctrico.
Alrededor de las 23.30 (hora local) un almacén de explosivos situado en el puerto industrial ha volado por los aires con una intensidad equivalente a tres toneladas de dinamita. Apenas 30 segundos después se ha producido otra equiparable a 21 toneladas de dinamita.
Las explosiones han provocado una enorme bola de fuego que se ha podido ver a varios kilómetros de distancia y que ha iluminado por completo el cielo de Tianjin.
Los incendios aún continuaban después del amanecer y fotografías publicadas en los portales de noticias chinos muestran lo que parecen ser varias edificaciones destruidas y vehículos quemados en una zona cercana al puerto de Tianjín, uno de los más ajetreados de China, que sin embargo operaba con normalidad.
El presidente de China, Xi Jinping, y el primer ministro, Li Keqiang, han reclamado el mayor esfuerzo posible para salvar a los heridos, rescatar a los desaparecidos y minimizar los daños provocados por la explosión.
Xi ha exigido que las autoridades controlen rápidamente el fuego y que realicen «pleno esfuerzo para rescatar y atender a los heridos, así como para garantizar la seguridad de las personas». De la misma forma, se ha comprometido a identificar con celeridad la causa del accidente y «castigar severamente a los responsables», tal y como informa la agencia estatal de noticias, Xinhua.
En este contexto, el presidente chino ha señalado que todas las localidades deben aprender «de las dolorosas lecciones del accidente», llevando a cabo investigaciones sobre los riesgos de seguridad y fortaleciendo la gestión de mercancías peligrosas, con el objetivo último de garantizar la tranquilidad de sus ciudadanos.
Por su parte, el primer ministro, Li Keqiang, ha dado instrucciones inmediatas para extinguir el fuego y organizar la búsqueda y rescate de aquellas personas que permanecen desaparecidas. Asimismo, ha reclamado precaución para «prevenir accidentes secundarios» durante el desarrollo de estas tareas.
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