El macaco que se hizo famoso en 2014 por hacerse unos ‘selfies’ podría convertirse en autor legal de sus fotos si prospera en los tribunales de California, Estados Unidos, una demanda de la organización Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA, por su sigla en inglés) dada a conocer el martes.
La asociación PETA reclama en una corte federal de San Francisco que el mono que se convirtió en fenómeno viral gracias a sus autorretratos tiene derecho a beneficiarse de los ingresos que ha generado ese material al fotógrafo David J. Slater, a su empresa Wildlife Personalities, y a la editorial Blurb, que publicó un libro con las imágenes.
«Nuestro argumento es sencillo: la ley de derechos de autor de EE. UU. no prohíbe que un animal sea dueño de ‘copyright’ y, como Naruto (nombre del macaco) hizo la foto, el ‘copyright’ es suyo, como ocurría con cualquier humano», dice un comunicado oficial de PETA.
El libro «Wildlife Personalities», que tiene en su portada una de las autofotos de Naruto, indica que las imágenes son propiedad de Slater y de su empresa. Según PETA, Slater es solamente el dueño de la cámara de fotos que usó Naruto en 2011, cuando el humano la dejó «desatendida» en una selva indonesia. «Eso fue tentador para un macho curioso que la tomó y empezó a hacer fotografías», dice la organización.
Slater, en su página web, explicó cómo fue su relación con los macacos, el proceso para obtener las instantáneas y cómo se le ocurrió colocar su cámara sobre un trípode con unas lentes de gran angular y una configuración adecuada para capturar las caras de los animales cuando se acercaran a jugar con la máquina.
«Fue como la alegría de ver a un bebé aprender algo nuevo», comentó Slater quien ya mantuvo un contencioso con Wikimedia, organización de la enciclopedia de internet Wikipedia, porque publicaron las fotos de Naruto sin su consentimiento.
Aquella disputa se saldó a favor de Wikimedia después de que la Oficina de Derechos de Autor de Estados Unidos publicara una actualización de sus directrices, en la que se señala específicamente que «no registrará obras producidas por la naturaleza, animales o plantas» y pone como ejemplo «una fotografía tomada por un mono».
Para PETA, la Oficina de Derechos de Autor está haciendo una interpretación limitada de la ley de «copyright» que, a su entender, es «suficientemente amplia para proteger cualquier trabajo», incluido el ejecutado por Naruto.
La organización solicita a la Corte que les permita ser los gestores de los ingresos que se deriven de esas imágenes, un dinero que sería usado para cuidar de Naruto y su comunidad, así como en la preservación de su hábitat.
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