El presidente de Kirguistán, Sooronbai Jeenbékov, presentó este jueves su renuncia al cargo, como una manera de facilitar una salida a la crisis política en la que está envuelto el país desde los comicios parlamentarios del pasado 4 de octubre.
El anuncio de la dimisión fue comunicado por el servicio de prensa de la presidencia del país.
"No me aferro al poder. No quiero quedar en la historia de Kirguistán como un presidente que derramó sangre y disparó contra sus propios ciudadanos. Por lo tanto decidí presentar mi renuncia", manifestó Jeenbékov durante un discurso a la nación.
Sostuvo que “ningún poder vale la integridad de nuestro país y la armonía en la sociedad”.
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El renunciante mandatario exhortó al primer ministro del país, Sadir Zhapárov, y a la clase política a retirar a sus partidarios de Biskek, con el objetivo de que retorne la paz en la capital kirguisa.
#URGENTE | #Jeenbekov deja el cargo, ya que la paz y la integridad del país "están por encima de todo y no quiere quedar en la historia de #Kirguistán como un presidente que derramó sangre". @teleSURtv
— Edson Sánchez (@EdsonteleSUR) October 15, 2020
De acuerdo con las leyes del país, el titular del Parlamento, Kanat Isáev, deberá ocupar las funciones del presidente de manera interina.
Sin embargo, partidarios de Zhapárov, que mantienen una manifestación en Biskek, pidieron que el parlamento se disuelva.
El pasado domingo 4 de octubre los ciudadanos de Kirguistán acudieron a las urnas para renovar el parlamento, con una participación del 56.2 por ciento del electorado.
Según los resultados, sólo cuatro partidos políticos alcanzaron representación parlamentaria: Birimdik (24.52 por ciento), Mekenim Kirguistán (23.89%), Kirguistán (8.73%) y Butun Kirguistán (7.11%).
Miles de simpatizantes de los partidos políticos que no llegaron al mínimo establecido por la ley electoral para obtener escaños (el 7.0 por ciento de los votos) protagonizaron a partir del 5 de octubre masivas manifestaciones en demanda de la anulación de las elecciones.
Los comicios legislativos fueron anulados, sin embargo, las protestas populares continuaron.