Una delegación de obispos salvadoreños se reunirá en el Vaticano con el papa Francisco para agradecer la beatificación de monseñor Oscar Arnulfo Romero y pedirle su pronta canonización, informó el domingo el arzobispo capitalino, José Luis Escobar Alas.
«Vamos a darle las gracias (por la beatificación), pero además vamos a pedirle la pronta canonización de monseñor Romero y la beatificación del padre Rutilio Grande, eso se lo diremos personalmente», dijo Escobar Alas en conferencia de prensa luego de presidir la misa dominical en el catedral de San Salvador.
El prelado informó que la delegación salvadoreña que estará conformada por todos los obispos, en la que han incluido algunos sacerdotes y laicos y dos funcionarios del gobierno salvadoreño, será recibida en el Vaticano el 30 de octubre.
Escobar Alas dijo que durante la entrevista con el papa Francisco, «le vamos a reiterar la invitación que ya le hemos hecho para que venga al país. Ojalá tengamos pronto la visita de su Santidad en el país y sea para canonizar a monseñor Romero y a la vez beatificar al padre Rutilio Grande, ojalá», agregó.
El 23 de mayo, 35 años después de que fuera asesinado, la Iglesia católica elevó a Romero a la categoría de beato y mártir de la fe.
Romero fue asesinado mientras oficiaba misa el 24 de marzo de 1980 cuando un desconocido le disparó al corazón desde un vehículo estacionado frente a la entrada principal de una capilla de un hospital para enfermos de cáncer.
Un informe de la Comisión de la Verdad de Naciones Unidas, creada poco después de los acuerdos de paz, determinó que el autor intelectual del crimen fue el mayor Roberto d’Aubuisson, fundador del partido derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena) que gobernó el país durante 20 años (1989-2009). Los asesinos nunca fueron llevados ante la justicia.
La Iglesia católica salvadoreña ha comenzado el proceso diocesano para la beatificación del padre jesuita Rutilio Grande, el primer sacerdote salvadoreño asesinado por su trabajo pastoral en una las zonas más pobres del país, donde organizó las comunidades eclesiales de base que encontró la oposición de los terratenientes de la zona que lo veían como una amenaza a su poder.
Rutilio Grande, fue asesinado el 12 de marzo de 1977, junto a Manuel Solórzano, de 72 años y Nelson Rutilio Lemus, de 16, cuando fueron emboscados en una carretera rural del municipio de Aguilares al norte de la capital. El crimen fue atribuido a la extinta Guardia Nacional, uno de los cuerpos de seguridad más represivos.
El «padre Tilo» como lo llamaban sus amigos y feligreses, era muy amigo de monseñor Romero.
Escobar Alas explicó que la visita al papa es una práctica es parte de una costumbre cuando se ha beatificado un miembro de la iglesia de un país determinado y no es él que lo hace personalmente, entonces los obispos van al Vaticano a darle las gracias.
El prelado aclaró que aún no tiene ninguna comunicación del Vaticano sobre la canonización de Romero, pero explicó que el proceso está concluido y lo que queda es que la Congregación para los Santos compruebe un milagro del beato.
En cuanto a Rutilio Grande dijo que «estamos siguiendo el proceso con mucha claridad queriendo que pronto avance y finalice, pero depende del proceso mismo y será la Congregación de los Santos que diga, y el papa quien diga las fechas».
«Nosotros no sabemos nada, pero sí lo vamos a pedir», la pronta canonización de Romero y la beatificación de Rutilio Grande.