Según detalles divulgados hoy por las autoridades, los niños jugaban cuando el mayor tomó el revólver calibre 32 y le disparó a su hermano.
El padre de los menores, Michael Santiago, un expandillero de Spanish Cobras, de 25 años, fue acusado de imprudencia y procesado por la muerte del menor.
Santiago se encontraba en el trabajo en el momento del incidente, ocurrido el sábado por la noche en un apartamento del barrio Humboldt Park, mientras que la madre de los niños había salido, y estos eran cuidados por uno de los abuelos.
Santiago admitió a la policía que había comprado el arma en la calle para protegerse porque temía represalias de la banda después de haber testificado en un juicio por homicidio.
Inclusive, una semana antes le había mostrado el revólver a su hijo de seis años, al que advirtió de que sólo podía ser utilizada por los adultos, según su testimonio.
En una audiencia realizada el domingo, el juez James Brown calificó de «tragedia» lo sucedido, pero igualmente responsabilizó a Santiago porque «esto es lo que sucede cuando las personas, que no deben, poseen armas», expresó.
«Es por eso que ya contabilizamos 2.300 personas baleadas en Chicago en lo que va del año», agregó.
La fiscalía pidió originalmente una fianza de un millón de dólares, pero el juez la fijó en 75.000 dólares.
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