Los médicos han detectado más de 150 tipos de dolores de cabeza, llamados comúnmente cefaleas. Existen cefaleas primarias y secundarias.
Dentro de las cefaleas primarias, las más recurrentes son las causadas por la tensión muscular en hombros, cuello, cuero cabelludo y mandíbula. A este tipo de dolor de cabeza se le denomina cefalea de tensión, la cual tiene características como:
Dolor opresivo y moderado.
Molestia que afecta toda la cabeza y es de origen muscular.
Se debe principalmente al estrés, cansancio, exceso de trabajo y preocupaciones.
Puede derivar en una cefalea en racimos, dolor desesperante que afecta la frente y la órbita del ojo.
La segunda cefalea primaria más común es la migraña que se distingue por:
Presenta un dolor palpitante que afecta una sola parte de la cabeza.
Se repite a intervalos y deteriora la calidad d vida de hombres y mujeres.
Suele ser persistente, las molestias son más intensas y están acompañadas de otros síntomas como sensibilidad a la luz y vómitos.
Remedios naturales y no invasivos contra el dolor de cabeza y la migraña
Solo un tercio de las personas que sufre dolor de cabeza acude al médico, el resto buscamos soluciones en la farmacia lo que ha originado un abuso en analgésicos que en lugar de ayudar hacen que el dolor sea más persistentes. Ante todo siempre recomendamos ir al médico, pero usar alternativas naturales podrían ayudar a disminuir los dolores. Algunos ejemplos son:
Aceites esenciales: pueden reducir la intensidad del dolor de cabeza cuando surgen los primeros síntomas. Los aceites esenciales son sustancias de color intenso que se extraen de vegetales, flores, hojas, frutos, cortezas, semillas y raíces. Para la migraña es muy útil usar aceites de lavanda y de menta piperita. Su forma de aplicación es colocar con las yemas de los dedos unas gotas de aceite y con ellas dar pequeños masajes en las sienes, frente y nuca.
Los aromas intensos de estos aceites favorecen la relajación. La menta piperita, en particular, produce una sensación de frío al contacto con la piel lo que sirve como anestesia local, limita la congestión y la inflamación de la zona.
Sombra y tranquilidad: ante una crisis de migraña o de dolor de cabeza, lo más recomendable son conservar la calma, tranquilizarse y tratar de estar sereno. Despeja tu mente, sé consciente de tu respiración y procura estar en un espacio sin luces. La oscuridad o sombra ayuda a manejar episodios de migraña, así que refúgiate en un lugar con luz muy tenue o nula.
Diadema contra la migraña: existen otros aparatos que pueden también ser útiles como alternativa o complemento de los medicamentos, tal es el caso de las diademas. De acuerdo con un estudio de los neurólogos Yousef Hmaidan y Carlo Cianchetti, ejercer presión sobre las arterias temporales superficiales es una excelente opción para aliviar el dolor provocado por la migraña.
Para tal efecto, existen diademas con extremos curveados cuyo objetivo es ejercer presión en los puntos donde se localiza el dolor (generalmente a la altura de las sienes). Este sistema se llama migracalm y, de acuerdo a sus fabricantes, reduce la intensidad del dolor hasta en un 90%.
Té de manzanilla o hierba de limón: ancestralmente han sido utilizados para aliviar el dolor de cabeza y no son agresivos. Prepárate infusiones ligeras para beberlas durante el día. Además, el calor también ayudará a que te relajes.
Hielo o calor: ambas terapias sirven contra la migraña. En el caso del hielo, puedes colocar un par de cubitos en una bolsa y aplicar en la zona del dolor. Te hará sentir mucho mejor. La terapia de calor se aplica de forma semejante: colocando una toalla ligeramente húmeda con agua caliente (tolerable, no hirviendo) en los hombros o cuello.