Paulo Orlando había regresado a su casa en Brasil después de la temporada pasada de Grandes Ligas cuando prendió la televisión y vio un reportaje sobre el primer brasileño que jugaba en la NFL.
La noticia llamó la atención del jardinero de los Reales. Y luego lo dejó sorprendido.
No sólo se enteró de que Cairo Santos estaba incursionando en un deporte bastante ajeno a los brasileños, al igual que Orlando intentaba hacerlo en el béisbol, sino que lo hacía con los Chiefs de Kansas City. Nada menos que el equipo que juega en un estadio al frente del parque de los Reales.
«Dije, ‘¡wow, juega en Kansas City!»’, recordó Orlando. «Luego fui a jugar pelota invernal en Venezuela pensando, ‘si me quedo en el equipo, puedo conocerlo algún día. Dos brasileños en la misma ciudad cada uno en su deporte’. ¿No es una locura?».
Tan loco como el siguiente dato: Un año después que Santos se convirtió en el primer brasileño que juega en la NFL, Orlando se convirtió en el primer pelotero de su país en disputar una Serie Mundial.
Orlando entró al partido del martes contra los Mets de Nueva York en la octava entrada, y bateó un sencillo en la 12da, antes que los Reales finalmente se impusieran por 5-4 en 14 innings para sacar ventaja de 1-0 en la Serie Mundial.
Santos y Orlando no son los únicos deportistas brasileños en Kansas City. Paulo Nagamura es una de las figuras en el Sporting Kansas City, que acaba de clasificarse a los playoffs de la MLS.
Nada mal para una ciudad con una población brasileña de unas 4.000 personas.
«Es bastante asombroso», dijo Santos a la AP. «Es fabuloso tener la oportunidad de representar a nuestro país de esta manera».
Santos y Orlando se conocieron hace un par de meses, y junto con Nagamura están pendientes de sus carreras a través de las redes sociales. Pero por la manera en que coinciden sus temporadas, no han podido compartir mucho en persona.
Tampoco es que importe mucho. Cuando se conocieron, Santos y Orlando empezaron a hablar en portugués, una oportunidad inusual para comunicarse en su idioma materno.
«Es raro ver a un brasileño jugando béisbol, y también jugando fútbol americano», dijo Marco Rabello, quien junto con su compatriota Christian Maciel abrieron el restaurante «Taste of Brazil» en Kansas City.
Santos fue al lugar hace poco. Nagamura lo visita un par de veces al mes.
«Contacté a Paulo Orlando por Facebook, y conocí a su esposa cuando ella vino de Brasil hace un par de meses», dijo Rabello, un ex voleibolista profesional que llegó a Estados Unidos para estudiar en la universidad. «Es fabuloso tener a tres deportistas profesionales»
Con tres historias muy distintas en tres deportes diferentes.
La de Nagamura es la más lógica, tomando en cuenta que el fútbol es una religión en Brasil. Empezó con el club Sao Paulo, pasó algún tiempo en la academia de Arsenal de Inglaterra, y ha jugado en equipos de la MLS durante la última década.
Fue canjeado a Sporting KC en 2012, y ayudó al equipo a ganar el título de 2013.
Santos también jugó fútbol cuando crecía, pero empezó a patear balones de fútbol americano en la escuela secundaria en Florida a la que acudió como estudiante de intercambio. Luego consiguió una beca en la universidad de Tulane, y se quedó con el puesto de pateador de los Chiefs antes del inicio de la temporada pasada.
Orlando también jugó fútbol de niño, pero conoció el béisbol por un amigo de su familia descendiente de japoneses. Fue descubierto por un cazatalentos de los Medias Blancas y fue canjeado a los Reales en 2008.
Después de varias campañas en las menores, se quedó en el roster de las mayores esta temporada.
Orlando es el tercer brasileño que llega a las mayores, después del cátcher de los Indios, Yan Gomes, y el pitcher de los Marlins, Andre Rienzo.
Y es el primero que disputa una Serie Mundial.
«Siempre confié que podía lograrlo. Cuando me dejaron en el roster de 40 jugadores, sabía que tenía la oportunidad de quedarme en el equipo, y sólo traté de demostrarles lo que podía hacer», relató. «Ahora estoy contento por estar aquí, y que los Reales me hayan dado la oportunidad de jugar béisbol».
KANSAS CITY, Missouri, EE.UU. (AP)