La Estación Espacial Internacional (EEI) llegó hoy a otro hito importante: el laboratorio orbital ha sido la casa de astronautas y cosmonautas durante 15 años consecutivos.
Aunque fue puesta en órbita en 1998, la EEI no recibió a sus primeros tres residentes sino hasta el 2 de noviembre de 2000 cuando la tripulación de la Expedición Uno inició su estancia de 136 días en la estación.
La tripulación estuvo integrada por el astronauta de la agencia espacial estadounidense NASA, Bill Shepard, y por los cosmonautas rusos Yuri Gidzenko y Sergei Krikalev.
En la actualidad, seis integrantes de la Expedición 45 viven en la estación orbital a cerca de 400 kilómetros sobre la superficie de la Tierra. La tripulación actual está integrada por los astronautas de la NASA Scott Kelly y Kjell Lindgren, los cosmonautas rusos Mikhail Kornienko, Oleg Kononenko y Sergei Volkov y por Kimiya Yui de la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón.
«Hacemos muchos experimentos acá arriba, pero creo que el experimento más importante es la estación espacial como vehículo orbitador que mantiene vivos a seres humanos en el espacio durante periodos prolongados», dijo Kelly hoy en una conferencia de prensa desde el espacio.
Otro astronauta estadounidense, Lindgren, describió la estación espacial como «un puente». «Es una base de prueba para las tecnologías que tenemos que desarrollar y comprender para poder realizar un viaje exitoso a Marte», dijo.
Desde el 2000, la EEI ha estado habitada de manera continua con al menos dos personas a bordo. Más de 220 personas han visitado la estación en 45 expediciones.
En los últimos 15 años, las tripulaciones ha realizado más de 180 caminatas espaciales, han llevado a cabo cerca de 1.760 investigaciones y han generado más de 1.200 publicaciones científicas, indicó la NASA.
«Creo que la estación debería ser considerada como ejemplo de cooperación global pacífica», dijo en una declaración el administrador de la NASA, Charles Bolden, por los 15 años de presencia humana en la estación.
«Durante más de una década y media, la estación nos ha enseñado lo que es posible cuando decenas de miles de personas de 15 países colaboran para impulsar metas compartidas», dijo.
Bolden es una de las personas que ha señalado que el proyecto internacional debería ser considerado para el Premio Nobel de la Paz, a pesar de las tensiones entre Estados Unidos y Rusia.
Cuando se le preguntó si estaba de acuerdo con la idea de Bolden, el ruso Kononenko, que participó en la conferencia de prensa de hoy, dijo: «Creo que tiene razón, tiene toda la razón».