El presidente ruso, Vladimir Putin, aceptó suspender todos los vuelos rusos hacia Egipto luego de una recomendación de su jefe de inteligencia hasta que se conozca la causa de la tragedia aérea en el Sinaí al tiempo que un funcionario dijo que restos del aparato fueron llevados a Moscú para buscar la presencia de explosivos.
La suspensión se produjo luego de varios días de declaraciones de funcionarios estadounidenses y británicos de que era posible que una bomba a bordo hubiese derribado el avión de la aerolínea rusa Metrojet que se estrelló 23 minutos después de despegar del balneario de Sharm el Sheijh en el Sinaí matando a sus 224 ocupantes.
Las autoridades de Rusia y Egipto habían rechazado esos comentarios diciendo que era muy pronto para saber la causa.
Sería razonable suspender todos los vuelos rusos a Egipto hasta que determinemos las razones reales de lo sucedido, dijo el jefe de inteligencia Alexander Bortnikov en comentarios televisivos. Se trata mayormente de vuelos turísticos.
El ministro ruso de situaciones de emergencia, Vladimir Puchkov, dijo que pedazos del avión fueron llevados a Moscú para análisis. Son muestras necesarias de todas las partes donde pudiera haber indicios de explosivos. Todas esas muestras han sido llevadas a Moscú y las estamos estudiando, dijo Puchkov.
En tanto, las gestiones británicas para regresar a casa a centenares de turistas varados en el aeropuerto de Sharm el Sheijh por la suspensión de vuelos fueron obstaculizadas por nuevas medidas de seguridad implementadas para sus aviones.