El papa Francisco deploró ayer la filtración de documentos que revelan los despilfarros de algunos cardenales, pero aseguró que nada detendrá sus reformas dentro de la Iglesia.
Quiero asegurarles que este triste hecho ciertamente no me desvía del trabajo de reforma que estamos llevando adelante, con mis colaboradores y con el apoyo de todos ustedes, dijo el Papa a los fieles reunidos en la plaza San Pedro tras la plegaria del Ángelus.
El pontífice se expresó por primera vez sobre este escándalo desde el arresto de un prelado español y de una asesora en comunicación, sospechosos de ser responsables de la filtración.
Ambos fueron detenidos como parte de la investigación abierta tras comprobar que se habían filtrado documentos de carácter económico considerados reservados por la Santa Sede y que éstos aparecerían en dos libros que se publicaron el jueves: Via Crucis, de Gianluigi Nuzzi, y Avarizia, de Emiliano Fittipaldi.
Sé que muchos de ustedes se han sentido turbados por las noticias que circularon en días pasados a propósito de documentos reservados de la Santa Sede que fueron sustraídos y publicados, dijo a los fieles. Robar aquellos documentos es un delito, es un acto deplorable que no ayuda, afirmó.
Yo mismo había pedido que se hiciera ese estudio y mis colaboradores y yo ya conocíamos bien aquellos documentos, agregó.
Esta declaración parece ser una respuesta al autor de uno de los dos libros, Gianluigi Nuzzi, que dijo que revelar secretos sólo puede servir a quien quiere la transparencia, el objetivo número uno del Papa.
El predecesor de Francisco, Benedicto XVI, renunció en febrero de 2013 desalentado, según muchos vaticanistas, por la magnitud del trabajo de reforma de la Curia y debilitado por la filtración de su correspondencia privada.
El nuevo escándalo fue rápidamente bautizado por la prensa VatiLeaks 2, aunque difiere mucho de la primera entrega.
Este caso no afecta directamente al Papa aunque fue él quien nombró a las dos personas detenidas, el sacerdote español Lucio Ángel Vallejo Balda y a la laica italiana Francesca Immacolata Chaouqui.
Francisco se enfrenta a las fuertes resistencias de la vieja guardia y la reforma estructural que quería acometer es mucho más lenta y difícil de lo previsto, dijo recientemente uno de sus colaboradores.
En el comunicado del Vaticano del pasado lunes se recordó que las investigaciones continúan.
Excelsior