La apertura del otro grupo en las Finales ATP, tras las cómodas victorias del domingo de Novak Djokovic y Roger Federer, fue lógica. En Londres, el escocés Andy Murray, que tiene la mira puesta en la final de la Copa Davis, derrotó a David Ferrer por 6-4 y 6-4.
Después, el otro español presente en el torneo que cierra la temporada, Rafael Nadal, también busca revancha directa ante su reciente verdugo en París, el suizo Stan Wawrinka.
Con entrenamientos en clay previamente a ser finalista en el Masters 1000 de la capital francesa, y que luego los retomó hasta el pasado jueves, Murray es local en Londres y sabe que su prioridad es devolverle la ensaladera de plata a Gran Bretaña, en la inminente visita a Bélgica. Pero no puede descuidar la cita en «casa» y su presentación, ante un rival que le sienta muy bien, resultó positiva.
El escocés, Nº2 del mundo, supera ahora 12-6 a Ferrer (7º) y sumó su quinto éxito en fila, con apenas dos sets cedidos en este tramo. Así, Murray consiguió su victoria Nº550 como profesional y domina ahora por 10-2 al español en superficie dura.
En el primer set, Murray arrancó levantando un 30-40 en el primer juego. En el cuarto game el que remontó una chance fue Ferrer. Siempre el británico intentó forzar a su rival, no dejarlo moverse cómodo y entrar en extensos intercambios. No siempre le funcionó la fórmula agresiva al ganador, pero sí pudo sacar ciertas diferencias claves que le dieron, al fin de cuentas, un triunfo merecido en dos sets.
En el octavo juego, el español sirvió 0-30 y 15-40, sumando errores no forzados, buscando desnivelar desde la base con la derecha, y pudo igualar las acciones. Pero el momento decisivo de ese capítulo llegó en el décimo, cuando Ferrer fue víctima de los riesgos tomados por el de Dunblane y, con la primera rotura del partido, Murray se llevó a manga.
En el siguiente, fue sorpresa inicial: Murray cedió su servicio en blanco. Lejos de afirmarse tras el quiebre y el set en el bolsillo, entregó el propio y debió correr desde atrás. Ya en el sexto juego, el escocés tuvo rédito con su plan de juego, fue más incisivo, abrió bien al español y rompió, para irse al cambio de lado pasando de 2-3 a 4-3. Otro quiebre fue letal en el décimo, aprovechando la octava doble falta de su rival y pegando duro.
Así, Murray le ganó los tres partidos a Ferrer en este certamen, siempre en la instancia de round robin, tras sus victorias en 2010 y 2011. Además, le frenó la intención de revancha a su adversario, al que había superado hace dos semanas en sets corridos, en semifinales de París-Bercy.
Ambos ya saben lo que es destacarse en este selecto certamen, porque Murray fue semifinalista en tres ocasiones, mientras que Ferrer fue inclusive finalista en 2007.
Esa sensación de ir por un rápido desquite la comparte Nadal, en la zona en la que ninguno de los cuatro protagonistas fue campeón de este torneo. El Nº5 del ranking viene de caer ante Wawrinka (4º) en cuartos de final de París, en dos tie breaks muy ajustados, por lo que quiere recuperarse.
El historial entre ambos favorece ampliamente al español por 13-3, aunque la recta final tiene como dominador al suizo, quien ganó tres de los cuatro partidos más recientes, período en el que solo entregó un set en sus tres triunfos. En este importante campeonato, el único antecedente se dio en 2013, cuando Nadal cantó victoria en dos muertes súbitas, con lo justo.
En esta cita, Nadal trepó dos veces hasta la final, con derrotas en 2010 y 2013. En tanto, Wawrinka hizo semifinales en sus dos únicas participaciones, que fueron en los dos años previos, tras dos éxitos y una caída en la zona.
LONDRES – ESPN