La alfombra roja de los Latin Grammy tuvo una explosión de color en los vestidos de las estrellas, mientras que para los caballeros el común denominador fue la sobriedad.
Tonos vibrantes como el púrpura que vistió la venezolana Manu Manzo o el rosa mexicano de la actriz Emeraude Toubia, la acompañante de Prince Royce que lució una amplia falda con una ombliguera, se destacaron como una tendencia junto con texturas satinadas y telas fluidas con faldas rectas y muchas aberturas laterales.
En contraste, las piezas recatadas fueron el tono que se impuso en la ropa de los caballeros. Ricky Martin optó por un traje sastre verde militar cuyo único detalle sobresaliente era una rosa de tela, del mismo color, en la solapa. Miguel Bosé se vistió todo de negro, con pantalones entallados, saco y una camisa de cuello de tortuga. Tanto Martin como Bosé tenían un estilo retro.
Hubo féminas que optaron por pantalones, como Joy Huerta de Jesse & Joy, quien llegó en un traje completo con mangas de encaje, y Julieta Venegas, cuyo conjunto tenía un aire similar al Arnold Scaasi que lució Barbara Streisand para los Oscar de 1969, con una camisa transparente de mangas abombadas, parches estratégicamente colocados al frente y pantalones negros.
Jesse, en tanto, le dio el toque bohemio a la alfombra con un saco de estampado floral y un sombrero de ala ancha.
Berta Rojas desfiló con aplomo con un delicado tocado de cristales sobre su cabeza sin cabello y un conjunto de mallas y falda combinados con una blusa azul eléctrico. La guitarrista paraguaya demostró que el cáncer de mama, por el que atraviesa tratamiento, no puede ser obstáculo para sonreír y mantener el glamour. Rojas fue una de las presentadoras de la Premiere del Latin Grammy, la ceremonia no televisada en la que se entregaron la mayoría de los premios de la noche.
Sophie Cruz, la niña que se volvió noticia mundial al entregar una carta al papa Francisco en su visita a Washington, acompañó al músico para niños 123 Andres luciendo un huipil mexicano.
Natalia Jiménez y Mariana Vega, en tanto, se ciñeron al negro para sus vestidos, aunque experimentaron en las formas, con un corte asimétrico en la falda en el caso de la española y piel con recortes rectangulares para la parte superior en el caso de la venezolana.