Un juez del Vaticano instruyó de cargos el sábado a cinco personas, incluso dos periodistas y un clérigo de alto rango, en el escándalo relacionado con documentos filtrados que sirvieron para alimentar dos libros sobre corrupción financiera en la Santa Sede.
Dos miembros de la comisión de reformas del papa y un asistente están acusados de revelar información confidencial del Vaticano, mientras que dos periodistas están acusados de solicitar esa información y ejercer presiones para obtenerla, de acuerdo con documentos dados a conocer por el Vaticano.
Monseñor Lucio Vallejo Balda y Francesca Chaouqui, ambos nombrados por el papa Francisco para ayudar con la revisión de las finanzas del Vaticano, fueron arrestados este mes. Vallejo Balda, secretario de la comisión, sigue detenido, mientras que Chaouqui, especialista en relaciones públicas, quedó en libertad tras acordar cooperar en la investigación. El auto de instrucción identifica por primera vez a un asistente de Balda, Nicola Maio, como sospechoso.
Los tres enfrentan además cargos adiciones de formar una organización delictiva.
Los periodistas Gianluigi Nuzzi y Emiliano Fittipaldi publicaron este mes libros en los que narran casos de avaricia y abusos financieros en el Vaticano y la resistencia con la que se ha topado el papa Francisco en su intento por arreglarlos.
Reporteros sin Fronteras emitió un comunicado esta semana en el cual dijo que los periodistas «sólo ejercieron su derecho de proporcionar información de interés público y no deberían ser tratados como delincuentes en un país que supuestamente respeta la libertad de prensa».
Nuzzi, que rechazó una conminatoria del Vaticano para ser interrogado por su libro XXXX «Merchants in the Temple» (Mercaderes en el templo), se mostró desafiante en un mensaje en Twitter. «Pueden hacer lo que quieran, pero mientras exista el mundo habrá periodistas que reporten noticias incómodas», escribió.
Fittipaldi compareció para ser interrogado, pero se negó a dar respuestas, acogiéndose a leyes italianas que protegen a fuentes periodísticas. «Éste no es un juicio contra mí. Hoy en día el Vaticano pone en juicio la libertad de prensa», dijo en un mensaje por Facebook.
Si el Vaticano declara culpables a los dos autores, eso abrirá la interrogante política de si la Santa Sede solicitará su extradición de Italia y la de si Italia accede.
Filtrar documentos del Vaticano conlleva una posible sentencia de entre seis meses y dos años en prisión, así como una multa de 2.100 dólares (2.000 euros) bajo una ley del Vaticano aprobada después de un escándalo durante el papado de Benedicto XVI. Si se considera que la filtración dañó los intereses fundamentales del Vaticano, la sentencia podría ser de hasta ocho años en prisión.
El juicio a los cinco comenzará el martes y las sesiones estarán abiertas a la prensa.
CIUDAD DEL VATICANO (AP)